Esta propuesta dulce coloca a sus ingredientes en capas sucesivas y no requiere de un horno.
Se sirve frío, tras asentarse unas 4 horas en la nevera.
INGREDIENTES
- 4 yemas de huevo + 2 claras
- 100 g. de azúcar
- 500 g. de queso mascarpone
- 1 paquete de bizcochos de soletilla
- 1 taza grande café intenso a temperatura ambiente
- 1/2 copita de licor de café o brandy
- Cacao en polvo
- 4 onzas de chocolate negro
PREPARACIÓN:
- Bate las yemas y el azúcar en un bol a velocidad alta hasta obtener una crema.
- Añade el queso mascarpone y sigue batiendo hasta lograr una crema homogénea.
- Monta las claras a punto de nieve con una pizca de sal e incorpóralas a la crema con movimientos envolventes para que la masa no pierda aire. Reserva.
- Mezcla en un plato o fuente el café con el licor de café o con brandy.
- Moja los bizcochos ligeramente de forma que éstos no lleguen a romperse y puedas manejarlos sin dificultad. Hazlo uno a uno y vete colocándolos en la base de un molde redondo de aro desmontable forrado con papel de horno o una fuente. Coloca todos los necesarios para cubrir la base.
- Vierte encima la mitad de la crema de queso y alisa la superficie.
- Sobre ésta pon otra capa de bizcochos “borrachos”, en la misma dirección que los anteriores, y a continuación la crema de queso restante.
- Alisa la superficie con una espátula y lleva el molde a la nevera al menos 4 horas; mejor si lo dejas reposar toda la noche.
- Antes de servirlo, llévalo media hora al congelador.
- Al sacarlo, espolvorea la superficie con cacao en polvo y ralla un poco de chocolate negro encima.
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Fuente: Taza de Café