En principio, mantener una higiene adecuada mientras nos duchamos sería suficiente para mantener esta secreción natural del cuerpo a raya. Pese a ello, y como indica el doctor Xavier González-Compta, especialista en Otorrinolaringología en el Hospital QuironSalud Barcelona y director de Àrea Otomèdic, además de miembro de Top Doctors, “sí es conveniente el secado mediante un pañuelo de papel que absorba el agua”.
Pero, ¿qué sucede si, en un momento dado, nos enfrentamos a un exceso de cerumen? Lo primero que debemos evitar, según apunta el especialista, es el uso de bastoncillos. Estos pueden producir “lesiones en la piel del conductivo auditivo externo, compactando el cerumen y facilitando la formación de tapones”. Y olvidarnos del empleo de velas o pinzas. Los primeros, asegura González-Compta, tienen una “limitada acción higiénica” y “están contraindicados por el riesgo de quemaduras”; los segundos, “resultan peligrosos al generar lesiones sobre la piel del conducto y el tímpano”.
El doctor recuerda que “se debe acudir al médico ante cualquier afección del oído”, ya sea al sentir dolor y picor, supuración o secreción, pérdida auditiva, acúfenos o tinnitus y vértigo. Sin embargo, si solo deseamos lograr una limpieza más específica del oído, podemos recurrir a una serie de productos, como el suero fisiológico, el agua oxigenada diluida o el agua de mar.
Aquí un video de como hacerlo correctamente:
Fuente: Base tomada de el País